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Hace mucho tiempo, el primer espíritu de la tierra dio forma a dos hermanas, nacidas juntas, pero con destinos diferentes. Las cuidó durante un tiempo, pero eventualmente las desatendió. Una de las hermanas se alejó y creó unas retorcidas máscaras con vida propia. Tras el costo de su negligencia, el primer espíritu juró no volver a dar la espalda a nadie, lo que la condenó a un ciclo eterno de reencarnación.