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Alistar, el más poderoso de todos los minotauros, solía deambular libremente por las montañas del norte, pero cuando el invierno eterno llegó y cubrió su hogar con una escarcha tan oscura como el corazón de la Bruja de Hielo, el temible gigante fue presa de una extraña corrupción mientras su pelaje y huesos se retorcían en malicia pura y helada.