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Hace mucho tiempo, una amable joven liberó a una criatura atrapada. Tras ser liberada, la criatura reveló su verdadera forma y le ofreció un tesoro como recompensa. Pero de entre todas las impresionantes riquezas que vio, la muchacha solo tomó una simple piedra gris, que el espíritu aseguraba podría ayudar a muchas personas. Pero aquel objeto no era una piedra ordinaria: era una almeja que contenía dos perlas brillantes. Y cuando las sostuvo en las manos, estas se convirtieron en un cetro de luz, la reliquia que la Dama de las Perlas ahora usa para guiar a otros a través de la oscuridad.