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La crianza innata de Ivern creó un refugio seguro para los meeps a su cuidado. Sin embargo, una explosión provocada por Xerath destruyó su nave y lo dejó flotando sin rumbo por el espacio. Tras un encuentro fortuito con Fizz, quien lo salvó de estrellarse accidentalmente con él, Ivern se unió a sus filas para buscar a cualquier errante en busca de su protección.