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El autómata Shaco no sintió nada respecto a los líderes que discutían, hasta que Polaris chasqueó los dedos y ordenó a sus ''regalos'' que acorralaran al trío. ''El invierno es cruel'', gritó, ''y el calor debe compartirse. Que este castigo sirva de advertencia''. En una ráfaga de nieve, Polaris desapareció, dejando al autómata y a la bestia impartir su juicio.