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''Siempre es la hora del té'', dijo Shaco, limpiando su cuchillo. ''No puedes beber té sin un cuchillo limpio''. Nadie le respondió, por supuesto, ya que todos estaban muertos, algo que le agradaba a Shaco.
''Siempre es la hora del té'', dijo Shaco, limpiando su cuchillo. ''No puedes beber té sin un cuchillo limpio''. Nadie le respondió, por supuesto, ya que todos estaban muertos, algo que le agradaba a Shaco.