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Una tentación susurrada, un tropezón al borde del precipicio, un vertiginoso descenso a la depravación… El caos es más que solo la antesala de la masacre y la ira. Por el filo de una espada o por el delicado corte de un látigo, no importa de dónde provenga la sangre; lo importante es que fluya. Sin embargo, Evelynn sabe que, para rivales tan poderosos como los Portadores del Amanecer, a veces hace falta tener más tacto.