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El pobre hombre se ve atormentado. Perfecto. Evelynn se inclina hacia él sobre la barra del bar con una dulce sonrisa dibujada en sus labios carmesí: ''Cuéntame tus problemas, guapo''. Y eso hace. Le habla de su hermana y un acuerdo injusto, y de cómo cree que podría estar muerto ahora, aunque no está seguro de ello... y la demonio bebe con entusiasmo. ''Está bien, querido'', le susurra. ''Ahora me tienes a mí''.