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Los nobles del despiadado reino de Telum conspiraron contra el ascenso de Fiora al poder. Le arrebataron uno de sus ojos y la dieron por muerta. Aun así, Fiora resurgió, rodeada de flores y llamas, y prevaleció en la Gran Coronación. La Reina Fiora ahora supervisa la fabricación de armas en los jardines de acero de su nación. Además, se asegura de entrenar y templar a una peculiar y temperamental princesa que ha de sucederla cuando el momento llegue.