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Xerath, quien alguna vez fuera un pescador humilde, regresó de un viaje cargado de una multitud de cristales mágicos. El poder que emanaban lo ascendió hasta convertirse en el líder de su pueblo, lo que marcó el inicio de lo que esperaba que fuera una nueva era bajo el mandato de los Cristales Prismae. Pero el costo de dicho poder dañó su mente y lo hizo desconfiar de todo pensamiento... hasta de los suyos.