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Otrora un siluro, Tahm Kench soñaba con convertirse en dragón. Cuando Jhin se liberó de su prisión acuática, en la base de la cascada apareció una perla mágica que llamó la atención tanto de Tahm como de Kog'Maw. Al atraparla primero, Tahm se transformó en un dragón, dios de las corrientes, y provocó un tsunami de una ferocidad sin precedentes, cuya destrucción desató las carcajadas del que fuera siluro.